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Está su sonrisa al despertar, pensar el día, recordar la noche, un buen café. Está el aire moviendo el pelo, el sol en las mejillas, pisar los charcos. Está la cuenta corriente en constante descenso, las mismas noticias, la gente arriba, abajo, delante y, a empujones, detrás.
Están los sueños, los errores, el calendario. Pero está el amor, el abrazo, el mar, la mirada.
Y están las palabras... y luego está la literatura.

2 dic 2014

En Pecado Concebido

La asociación de artistas Di-Fusión-A2 ya prepara la edición y salida del libro "En pecado concebido", compuesto por los poemas e ilustraciones ganadores de un concurso sobre los 7 pecados capitales.

http://www.difusionados.es/
Ilustración de Raúl Rodríguez Martínez

El libro incluye mi poema sobre un pecado muy capital. Leer poema... AVARICIA

Dámelo, lo quiero.
Es tuyo, lo sé.
Pero, me da igual.
Quiero tu coche, quiero tu casa, quiero
tu dinero, tu novio, tu mujer. También quiero
a tus hijos, tus ideas, tus palabras, tu voluntad.
Lo quiero todo. ¡Dámelo!
¡Ya!
No me mires. No protestes. No dudes.
Así es como siempre ha sido, como debe ser.
Soy el banquero, tus jefes, la vecina, un amigo,
aquel que amas, aquella que añoras, los que odias, 
los que admiras, los que no conoces, la presentadora
del informativo de la tarde, tu actor favorito, ésa que sale en el youtube. Soy ellos. Soy tú.
¡Sí, tú! ¿Te creías ajeno? ¿Por encima del bien, por debajo del mal?
¡Ingenuo! ¡Demagogo! ¡Artista!
Lo quiero todo. Eso y más.
El aire que respiras, los fluidos de tu cuerpo, tus sueños,
también las pesadillas, los deseos, tus mentiras,
los mejores días, las peores horas, lo que eres y quisiste ser.
Todo me pertenece.
Las puertas de tu casa, las llaves de tu coche, las tarjetas
de crédito, tu forma de sonreír y de andar, hasta tus manos.
¡Dámelas! Ahora son mis pertenencias.
Las masticaré, las consumiré, las desgastaré hasta que desaparezcan.
Y lo haré despacio, muy despacio, mirándote fijamente.
Y tú, despojado inútil, deberás contemplarme, de lejos y sin llorar.
Está hecho.
Lo necesitaba. Lo necesitaba o quizá no.
Y ahora no me vengas con historias de miedo.
No me creas vampiro ni caníbal. Sólo soy
el banquero, tus jefes, el vecino, una amiga, los que amas,
los que odias, el que nunca conociste, tú mismo,
tú.
 


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