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Está su sonrisa al despertar, pensar el día, recordar la noche, un buen café. Está el aire moviendo el pelo, el sol en las mejillas, pisar los charcos. Está la cuenta corriente en constante descenso, las mismas noticias, la gente arriba, abajo, delante y, a empujones, detrás.
Están los sueños, los errores, el calendario. Pero está el amor, el abrazo, el mar, la mirada.
Y están las palabras... y luego está la literatura.

12 may 2014

Un poema de "Mística Carnal"

Uno de los poemas de mi libro "Mística Carnal" Editorial Amarante 2014.


Tú, como rabioso animal nocturno, fluyes
donde mi esqueleto levemente resucita.
Soy trofeo cómodo de la oscuridad y siempre fui
seguidora de tus manos.
Por eso, se detiene el aire y a mi lado, como un violín de gelatina,
parpadean tus ingles, enmascaradas entre gritos y silencios.
Mis pies se alzan, el suelo se derrumba.
Inspiro,
me robas unos segundos
y
se colma de vida tu pecho vanidoso.
Presa de ti, ahora no hay nada.
Únicamente tú, inmensamente, poseyéndome.
Atrapada quedo en esa niebla envolvente y juguetona
que como ola de mar viene a arrastrarme.
En el fondo me esperan el batir de unas alas de almíbar
que se adhieren viscosas a mis piernas y consigo bucear,
moverme en delirio de círculos y versos.
Agitada vuelvo a la superficie,
para encontrarte otra vez: cercano a mí, envolviéndome.
Y la brisa, que es piadosa y asustadiza, nos rodea con una advertencia:
“No creáis en quimeras de eternidad, cuerpos fugaces.
Sois solo dos partículas efímeras,
espacios olvidados del universo,
emocionados de ser, por un microsegundo,
tan gozosos.”

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